Por Andrés Ugarte Larraín

 

El último domingo convirtió 6 goles que ayudaron a Valiente a levantar el trofeo del All Star Challenge por segundo año consecutivo. Diego Cavanagh se encuentra nuevamente en Estados Unidos jugando la World Polo League, aunque con una madurez y un crecimiento sostenido como jugador que lo han llevado a tener 9 goles no sólo en Estados Unidos sino también en Argentina. “Estoy muy contento de haber llegado a los 9 goles en Argentina.  Estoy agradecido con el equipo, La Dolfina y mi familia, que me estuvieron bancando estos años y ayudando a organizarme”, apunta el argentino que de 33 años. 

 

Más allá de que su vínculo con Adolfo Cambiaso y su organización le hayan permitido en buena parte concretar ese crecimiento, lo cierto es que también él ha aportado lo suyo para que eso ocurra, ya que no es el primero que ha recibido ese aporte, y no todos han sabido capitalizarlo de la mejor manera. “Estaba jugando la Copa de Oro en Argentina con Pelon en 2013, lo echaron y vino Adolfito de suplente. Esa fue la primera vez que jugué con él. Y de ahí me invitó a jugar en Inglaterra para Dubai al año siguiente”, cuenta Diego Cavanagh acerca de cómo nació su vínculo con Adolfo Cambiaso.

 

Dicho vínculo los ha llevado a ganar títulos en conjunto en Argentina, Inglaterra, Estados Unidos, por sólo mencionar algunos destinos. El presente lo encuentra compartiendo equipo nuevamente con el de Cañuelas y con su hijo Poroto, con quienes, entre otras cosas, levantó el trofeo del Abierto del San Jorge en 2019. “Estoy muy contento de volver a tener la posibilidad de jugar la World Polo League con los mejores jugadores del mundo y el nivel más alto afuera de Argentina. Las expectativas son altas. El equipo está muy divertido; agradecido con la invitación y con poder jugar con los dos Cambiaso y con Bob. ¡Ojalá nos vaya bien!”, afirma el hombre de La Dolfina Polo Ranch.

 

Y más allá del vínculo que han generado en términos polísticos Diego Cavanagh y Adolfo Cambiaso, cuenta que “generamos una relación más allá de lo polístico. Eso es lo más valioso que rescato de estos años estando en La Dolfina. Me hacen sentir parte del club y voy a estar siempre agradecido a la familia Cambiaso”

 

Diego Cavanagh debutó como titular en la triple corona argentina en 2015, cuando integró el conjunto de Washington que logró su lugar en Palermo luego de superar la clasificación. Desde entonces -insistimos-, su crecimiento ha ido profundizándose año tras año, pasando de jugar de delantero, sin la responsabilidad de ser el principal ejecutor de los penales de su equipo y del armado del juego, a convertirse en un jugador que sabe manejar los tiempos del partido en el nivel de polo más alto del mundo con una capacidad que sorprende, además de ser un eficiente y confiable ejecutor de penales desde todas las distancias. Ha sabido tirarse unos metros más atrás para asumir el rol de conductor cuando su equipo lo necesita, y demostrando que va por el buen camino.

 

Independientemente de que esto sea palpable, él no se apura: “Pienso que año a año todos los jugadores van creciendo, y vas tratando de mejorar en lo organizativo también. Vas agarrando un poco más de experiencia, pero nunca dejas de aprender y de querer mejorar. Siempre me veo que tengo mucho para mejorar”.

 

Pero aunque pongamos el foco en sus bondades como jugador, también la confianza que recibe desde Cañuelas se debe a la capacidad que ha demostrado para manejar algunos de los mejores caballos del mundo, como los que ha montado Adolfo Cambiaso para coronarse en Palermo en múltiples ocasiones. “Es un lujo, soy un privilegiado. La posibilidad de poder subirme a esos caballos me hizo dar cuenta que había mejores de lo que yo pensaba que existían. Me ayuda a ser más autocrítico con los míos para tratar de mejorar mi organización. Subirme a clones de la Cuartetera, Lapa o mismo Carla, Lucky, te hacen exigirte a tratar de algún día criar o conseguir caballos parecidos. Sin duda, me sirvió mucho para subir la vara mía con respecto a los caballos”. 

 

Aún con formato por definir, lo cierto es que La Dolfina Polo Ranch será el tercer cabeza de serie, posición que se ha ganado dentro de la cancha en el último Abierto Argentino. Y antes de analizar lo que se viene, indica: “Estamos muy contentos de terminar terceros. No habíamos arrancado tan bien el año con equipo nuevo, y terminar así fue un logro enorme del equipo”. 

 

Uno crece, las exigencias crecen y los objetivos van por ese camino también. Ya establecido como uno de los jugadores clave en el mejor polo del mundo, y ante la pregunta de qué tan lejos o cerca se ve de integrar uno de los equipos de punta y cómo siente que respondería, responde: “Obviamente que de chico siempre soñás con ganar el Abierto, pero vas creciendo y te vas dando cuenta de lo difícil que es. Hay organizaciones muy buenas y muchos jugadores en un muy alto nivel, y todos con el mismo objetivo. Uno siempre trabaja y apuesta a la organización suya para dar lo mejor de uno con su equipo; y, si algún día se da la posibilidad, bienvenido sea. Y, si no, seguir metiéndole, que esto es lo que a uno lo apasiona”. 

 

Por último, concluye: “Todos los momentos te forman la persona que sos. Hay que disfrutar el presente, seguir aprendiendo de los errores del pasado, mejorar para el futuro y ser agradecido de todo lo que tenemos. Hay momentos mejores y peores, pero todos te hacen sacar algo positivo. Por el momento, estoy muy contento con la reciente suba y de tener la posibilidad de estar jugando en Estados Unidos para Valiente. ¡No me puedo quejar!”.