París, la Ciudad Luz, es uno de los sitios más hermosos del mundo. Una ciudad con historia, de una belleza arquitectónica imponente, dominada por sus edificios con techos de pizarra color azul, y la inconfundible vista de la imponente Torre Eiffel, símbolo universal de un lugar que alberga la historia del lujo y la sofisticación, que nos remonta hacia los días del reinado de Luis XIV, el Rey Sol.

Cerca tenemos al Bois de Boulogne, límite oeste del XVI Arrondisement de París, y cercano al suburbio de Boulogne Billancourt, lugar de nacimiento de dos emblemas de Francia: la automotriz, Renault y el Premio Nobel de Literatura, Patrick Modiano.

En el corazón del Bois de Boulogne, están el Parc y el Chateau de Bagatelle, construidos hacia 1775 como resultado de una apuesta entre María Antonieta y el Conde de Artois. El histórico parque de Bagatelle fue adquirido por la ciudad de París en 1905; pero muchos años antes, el polo había aterrizado en Bagatelle, con la fundación del que con el tiempo se convertiría en uno de los destinos de polo más lujosos y glamorosos del mundo: el Polo de París. Que por si fuera poco, se encuentra situado a tan solo 10 minutos del centro de París, a orillas del Sena, ubicación que lo hace comparable con la del Campo Argentino de Polo, en Palermo.

Historia del Polo en Paris
El polo llegó a la Ciudad Luz en los últimos años del siglo XIX, exactamente en 1891, cuando se jugaron los primeros partidos. Al año siguiente, en abril 1892, un grupo de aficionados, animados por quien sería el fundador el Polo de París, Charles Vizconde de la Rochefoucald-Doudeaville y Duque de Estrées, se construyeron las primeras instalaciones. La ciudad de París les dio en alquiler un terreno, que por entonces servía de lugar de entrenamiento de oficiales franceses para concursos de hípica y salto ecuestre.

Poco a poco, el club fue tomando forma: se construyó una cancha y casas de estilo normando. Finalmente, el club de polo de París, el Polo de París, se inauguró el 1 de agosto de 1892. Su fundador, el Vizconde de la Rouchefoucald-Doudeaville fue su primer Presidente.

La primera temporada oficial del club comenzó el 15 de abril de 1893, con el Abierto de París, que tuvo gran recepción por parte del público, no solo por la atracción que tenía el polo entre la alta sociedad francesa, sino también por el gran ambiente que se generaba alrededor. El polo francés por otra parte, daba sus primeros pasos en aquellos años, en los que Inglaterra era la gran potencia del polo mundial. Pero acá estaba París, ofreciendo su propio destino de polo.

En 1900, el Polo de París fue la sede de este deporte durante los Segundos Juegos Olímpicos de la Era Moderna, impulsados por el Barón Pierre de Coubertain, quien los trajo de vuelta en 1896, en Atenas, Grecia, la cuna de los Juegos. Estos Juegos Olímpicos, además, coinicidieron con la Exposición Universal de París. Como parte de la gran muestra, se realizaron ocho torneos de polo, aunque solamente el Grand Prix Internationale de l’Exposition se consideró el evento olímpico oficial, en Bagatelle. En los Juegos de 1900 no participaron países sino clubes; la medalla de oro fue para Foxhunter, integrado por ingleses, irlandeses y norteamericanos.

El club fue creciendo con los años. incorporando miembros y otras actividades, entre otras, equitación, esgrima, tiro, golf, atletismo, natación y artes marciales. Pero el polo en el único club de la ciudad de París sigue siendo su actividad fundamental.

La temporada del Polo de París arranca en el mes de abril, con un receso hasta los meses de septiembre y octubre. Entre los certámenes de la primera parte del año, durante el mes de junio se realiza uno de los torneos más antiguos del mundo, el Open de Paris, que está celebrando sus 125 años, y que integra la Triple Corona de París, junto al Tournoi de Printemps y el Tournoi de la Ville de Paris. Por otra parte, desde 2019 el club le rinde tributo a una de las personalidades más destacadas del polo de Francia, Yvan Guillemin, quien falleció a fines de 2018, con un certamen con su nombre, Touroi Yvan Guillemin.

En lo que se refiere a infraestructura, el club alberga unas 9 hectáreas, rodeadas de espléndidos jardines; además de servicios disponibles para jugadores y caballos, y excelentes canchas y caballerizas. El servicio se extiende a la equitación, con pistas, caballerizas, vestuarios entre otros; y al golf, con cabinas, cinco canchas cerradas y diez al aire libre, vestuarios, etc. También hay instalaciones para karate y esgrima.

Y por supuesto, como no podía ser de otra forma, el Polo de Paris tiene un clubhouse “so British”, como ellos mismos lo denominan, y un espléndido restaurant, con refinados menús preparados por exclusivos chefs y para todos los gustos, mientras que Laurent, el barman, es el encargado de los exclusivos tragos. El restaurant está también disponible para todos aquellos que deseen realizar eventos privados

La historia y la tradición se unen a la sofisticación y el lujo de París en un club de polo único y exclusivo; a unos pocos pasos de la Ciudad Luz, hay un lugar ideal para disfrutar del deporte de los reyes.