Tras un fin de semana muy dispar en cuanto a la intensidad y lo vibrante que fueron las dos definiciones de Zona del Abierto Argentino, La Dolfina y Ellerstina volverán a verse las caras en la final de Palermo. Será la tercera del año entre estos dos equipos; cabe recordar que los de Cañuelas se quedaron con el Abierto de Hurlingham, mientras que el de Tortugas fue para los Pieres.

 

El primer aspecto al que habrá que prestarle atención el próximo sábado será al estado de la cancha. Y no es que haya habido un equipo en particular que haya sido el más afectado o el más beneficiado, sino que todos en mayor o menos medida lo han sufrido. En definitiva, es algo que atenta contra el espectáculo y contra la posibilidad de que 8 de los 10 mejores jugadores del mundo se desenvuelvan en toda su plenitud el día de la final. Si bien el estado del campo de juego ha mejorado con respecto a 2018, lo cierto es que es la segunda temporada consecutiva en que impacta negativamente en el nivel del torneo. Es positivo que la AAP obtenga recursos de la organización de recitales, pero claramente en 2020 deberán prestarle mucha mayor atención para que no vuelva a ocurrir. El slogan del “mejor polo del mundo” debe estar acompañado del sostén indicado para seguir manteniéndolo.

 

De a poco se van delineando y confirmando aquellos jugadores que sufrirán alteraciones en su valorización. Y si bien se da por sentado que La Natividad aumentará entre 4 y 6 goles -por lo menos-, también se espera que algún que otro equipo que no cumplió con la expectativa y los objetivos planteados disminuya en algún gol su hándicap. Difícilmente La Dolfina Polo Ranch quede en 32 goles luego del excelente Abierto Argentino que tuvo, y que lo coronó cerrando 2019 en la tercera posición del ranking. Ser el tercer equipo deberá ser acompañado por modificaciones generosas en su hándicap. Si tan importante es el ranking y su nivel de valoración, claramente los hándicaps deberían ser directamente proporcionales al mismo. Coherencia pura.

 

Si bien fue una prueba, y todos jugaron bajo las mismas reglas, no terminó siendo el más justo el sistema de ranking aplicado para 2019, en el que sólo se tomaron en cuenta los puntos en el Abierto Argentino. Por ejemplo, La Ensenada, uno de los únicos equipos que obtuvo triunfos en los 3 Abiertos, fue condenado a jugar el repechaje ante Sol de Agosto Alegría, el campeón de la Copa Cámara de Diputados, lo que lo puede llevara a tener que jugar la clasificación en 2020. Su opuesto fue La Aguada, quien fue eficiente, cosechó únicamente derrotas; menos en su último encuentro, en el que obtuvo el triunfo y la cantidad de goles necesarios para clasificar directo a 2020.

 

De todas maneras, resulta llamativo que el sistema de clasificación a 2020 sea aún confuso, si tomamos en cuenta que estamos en diciembre. Hubiese sido más pertinente que previo al comienzo de la Triple Corona ya estuviera todo previsto. Se comunicó que los jugadores arrastrarán individualmente los puntos, pero no se termina de clarificar si eso regirá a partir de 2020 o ya entra en vigencia.

 

No hubo confirmación aún de cómo será el formato del Abierto Argentino en 2020; sólo se ha dicho que seguirán siendo 10 equipos. Pero todo puede cambiar. Cabe recordar que 2019 comenzó con la certeza de que el Abierto de Tortugas iba a ser de 4 equipos, pero luego terminó contando con la participación de 8. Es imperante que la cancha 1 tenga mayor protagonismo en el desarrollo de Palermo. Que el primer encuentro realmente vibrante haya sido recién el último domingo, cuando Ellerstina y las Monjitas definieron la Zona B, es decepcionante. El Abierto Argentino cuenta con 21 cotejos, y hubo que esperar al número 20 para que la cancha 1, el principal escenario a nivel mundial, recibiera un encuentro de la categoría que merece y que todos esperan. La merma en el público es consecuente con este aspecto.

 

Se descuenta que en 2020 la AAP irá eligiendo cuál partido se disputa en la 1 y cuál en la 2, y bienvenido sea. Pero deseamos también que el formato sea revisado, y que independientemente de la cantidad de equipos, se piense en el atractivo del espectáculo en sí. Hay que aprovechar el impulso de la aparición de La Natividad, con toda su frescura, pero sobre todo por su propuesta superadora. El buen presente de La Dolfina Polo Ranch también invita a ilusionarse. Un eventual sexto equipo deberá luchar y mucho para lograr meterse entre los 5 de arriba; pero, una vez que lo logre, seguramente será un equipo de temer.

 

Y si bien resta saber si las 5 principales formaciones del ranking se mantendrán de la misma manera, soñar con que la cancha 1 albergue en 2020 únicamente enfrentamientos entre ellos, lleva a pensar que el Abierto Argentino puede de a poco ir recuperando su esplendor. Porque, a su vez, fuera de la cancha se ha convertido en un evento social de los más importantes de Argentina.