Ex jugador profesional de polo y actual instructor del Houston Polo Club, Eduardo Amaya se ha convertido en una eminencia de este deporte, en el que dio sus primeros pasos de la mano de su padre, el Talo Amaya. Como jugador, Eduardo ha participado de innumerables torneos (entre otros, fue ganador de la primera edición de la Copa Potrillos); posteriormente, y durante más de 30 años, ha desarrollado una exitosa carrera como instructor de polo, que lo ha llevado a distintas partes del mundo.

 

Dueño de un notable conocimiento de este deporte, Eduardo conversó con Pololine acerca de los secretos del caballo de polo, brindando su mirada particular y diferente del gran compañero que tienen los jugadores.

 

¿Cómo es el caballo de polo perfecto para vos?

Deberá ser un caballo con gran sensibilidad, velocidad y muy buen temperamento. Esa sensibilidad se manifiesta en su muy buena boca, buenos lados y un excelente rate (cambio de ritmo ascendente y descendente). Un caballo que percibe y casi, diría, adivina nuestras intenciones durante el juego, sigue nuestra mirada y actúa como nuestras piernas. Nuestros comandos o ayudas se hacen prácticamente imperceptibles.

Me gusta un caballo bien conformado para polo; esto se traduce en buenos movimientos, suaves, balanceados, en los que su peso estará distribuido casi equitativamente, entre sus miembros anteriores (un 60%) y posteriores (un 40%).

Su acción -movimiento según su conformación- me gusta “pegada al piso”, como peinando con sus miembros el pasto. Para esto, la colocación de la cabeza y el cuello, siguiendo con la acción, deberá ser la ideal en donde el perfil inferior del cuello forme con el suelo un ángulo de 45 grados.

Por último, debe ser un caballo que tenga buenas reacciones tanto en la salida, en la sujetada como así también en la volcada.

 

En tu opinion, ¿cuál es la característica más importante que debe tener todo buen caballo de polo? 

Sin dudas, la gran sensibilidad, ya que es allí donde se originan todas las aptitudes de un gran caballo. Esto se evidencia en el rate, que es el manejo del ritmo de manera gradual ascendente y descendente, sin mostrar el caballo desprolijidad, pero sí gran sensibilidad. Justamente, esto es lo que más exigimos a un caballo durante el juego.

 

¿Cuál sería para vos el número ideal en un lote de caballos?

Dependerá de diversos factores, como por ejemplo el hándicap del jugador. La exigencia del caballo en el alto hándicap es muy diferente a la de otros niveles. Dependerá también del manejo y físico del jugador; es decir, si es tranquilo o agresivo durante el juego. Y, por supuesto, cuán extensa es la temporada.

 

En promedio, ¿cuántos caballos nuevos deben entrar a un lote de un jugador profesional de acuerdo a cada temporada?

En mi época como jugador, un caballo por chukker era lo lógico. Hoy esto ha cambiado, y en la alta competencia están los caballos que juegan por listado y las esperas. Evidentemente, son lotes más extensos.

 

¿Cuál es la parte más importante de la hechura de un caballo de polo?

El tiempo y la paciencia dedicados a hacer un caballo  de polo son los aliados más importantes. Todos los pasos requieren de cierta empatía con el caballo. El día que juega su primer chukker, marcará un hito en ese caballo; es un examen de su conocimiento. Para el que lo juega es importante no exigirle más de lo que el caballo sabe o puede hacer.

 

¿Cuál es o ha sido tu caballo favorito y por qué?

Siempre recuerdo a La Loba, Corolita y El Artista. Sería injusto no nombrarlos, pero evidentemente Always fue mi favorito. Un padrillo extraordinario de la cría Aldanondo, que tuve la suerte de criarlo, domarlo y hacerlo de polo. Jugó la Copa Cámara de Diputados, y también jugó a nivel internacional en Europa y Estados Unidos. Hoy mi hijo Matías tiene nietos de Always comenzando a jugar en Inglaterra. Su vida me inspiró a escribir un libro en donde él narra sus vivencias.

 

De los caballos que viste jugar, ¿hay alguno en particular que te gustaría probar?

Me hubiese encantado montar, sentir y corroborar todo lo expresado en la respuesta de la primera pregunta.

 

¿Cuál ha sido el mejor caballo de polo que has visto jugar y por qué?

Buenísimos he visto varios, como La Ilusión, Marsellesa, La Luna. Pero la que más me impresionó es La Cuartetera, por ser una yegua que se lució e hizo lucir a Adolfo Cambiaso.