Hace ocho años, el polo perdía a uno de los más grandes jugadores de la historia, una verdadera leyenda: Carlos Gracida. El 25 de febrero de 2014, Carlos sufrió una caída jugando en Palm Beach, que lo dejó en grave estado debido a un fuerte golpe en la cabeza. A pesar de haber sido trasladado de inmediato al centro médico más cercano y de los esfuerzos de los médicos, no logró sobrevivir. Tenía tan sólo 53 años.

 

“Creo que uno de los legados más grandes es cómo te ven como persona”, le dijo Carlitos, hijo del legendario jugador, a PoloLine. “Y veo que mi padre es recordado como una buena persona. Eso es lo más importante. En el polo fue un grande, logró cosas increíbles, pero lo mejor es cómo lo ven como persona. Como jugador, uno quiere ganar muchos torneos; pero, el legado, lo que uno deja como persona, es lo más importante. Y él parece que fue uno de ellos. Eso es lo que más admiro de él”.

 

Carlos Gracida nació en México el 5 de septiembre de 1960, como integrante de una reconocida familia de polo. Comenzó a jugar a los 5 años, mientras su hermano, Guillermo, “Memo”, otro legendario polista, arrancó a los 10 año. El padre de Carlos y Memo, Guillermo, fue un gran jugador, que llegó a los 9 goles de handicap, y a los 65 años aún mantenía 5 goles. A lo largo de su extraordinaria carrera, Carlos Gracida obtuvo logros muy significativos: alcanzó los 10 goles en 1985, manteniéndolos por 15 años. En Argentina, alcanzó la gloria con dos de las más legendarias formaciones de la historia: La Espadaña y Ellerstina, consiguiendo con este último la Triple Corona en 1994. Además de ganar el US Open en reiteradas ocasiones, es hasta hoy el máximo ganador de la Gold Cup for the British Open, con 10 conquistas. Por otro lado, ganó el Argentino Abierto cinco veces, y es el único jugador extranjero en ganar el prestigioso premio Olimpia de Plata, en Argentina, como el mejor polista del año, en 1988. Como particularidad, ganó el mencionado certamen jugando tanto como número 1 como así también jugando como back.

 

Carlitos cuenta que lo que más extraña de su padre es trabajar juntos: “Yo me involucraba con los caballos junto a él”, dice. “Mi papá era muy severo con nosotros, pero en el buen sentido. Es decir, yo jugaba algún partido, y le preguntaba: ‘¿qué te pareció?’. Él respondía: ‘Muy bien, si eres un 4 o 5 goles; pero tienes que mejorar si quieres alcanzar 6 o 7, jugar mejor’. Extraño esos comentarios suyos”.   

 

En cuanto al resto de la familia Gracida, Carlitos mantiene una excelente relación con todos ellos, y en especial con su legendario tío, Memo, quien es el mejor a la hora de darle un consejo sobre polo. “Suelo ir al rancho de Memo en el verano”, cuenta Carlitos. “Soy muy privilegiado, tengo una gran relación con Memo, me da muchos consejos, supervisa los caballos, hace comentarios, mira los partidos, es una gran persona. Siempre suele decir: ‘Discúlpame si te digo la verdad’. Y yo le contesto: ‘no tienes nada por qué disculparte’. Es muy valioso tener a alguien que sea honesto y me diga la verdad, mostrándome qué es lo que estoy haciendo mal'”.

 

El casco que usaba Carlos Gracida era un emblema reconocido en todas partes del mundo: blanco, con una cinta de colores sobre la visera. En la actualidad, Carlitos juega con el mismo casco para continuar con la tradición y, de alguna forma, sentirse cerca de su padre. “Mi padre usó el mismo casco, el que tiene la cinta de colores, una cinta que es muy común en los mercados en México. Yo usaba uno negro, pero cuando vi a Adolfo Cambiaso y a su hijo usar los cascos idénticos, pensé que sería una gran idea para honorar a mi padre. El casco era la marca registrada de mi padre; y el dibujo de la parte de atrás fue realizado por un amigo de la familia, Poncho Navas, hijo de un primo de mi padre. Fue muy generoso al pintar el casco, y ahora está trabajando en otro. El dibujo representa un águila y una serpiente, que es el emblema de la bandera de México. Fue una decisión de Poncho; me preguntó, pero yo le dije: ‘tú eres el artista, tú decides'”.

 

Como jugador, como hombre, ¿cómo te sientes al ser miembro de una familia de polo como la de los Gracida?

Estoy muy orgulloso de tener a Memo, como también de haber tenido a mi padre y a mi abuelo en mi vida, porque amo a los caballos y aprendí mucho de ellos. Hoy estoy orgulloso de todos mis caballos. Es muy bueno ser parte de algo tan grande, me motiva a mejorar, y a ganar torneos.

 

LA ENTREVISTA COMPLETA CON CARLITOS GRACIDA (POLOLINE TV)