By Alejandra Ocampo 

 

París, la Ciudad Luz, es uno de los sitios más hermosos del mundo. Una ciudad con historia, de una belleza arquitectónica imponente, dominada por sus edificios con techos de pizarra color azul, y la inconfundible vista de la imponente Torre Eiffel, símbolo universal de un lugar que alberga la historia del lujo y la sofisticación, que nos remonta hacia los días del reinado de Luis XIV, el Rey Sol.

 

Cerca tenemos al Bois de Boulogne, límite oeste del XVI Arrondisement de París, y cercano al suburbio de Boulogne Billancourt, lugar de origen de dos emblemas franceses: la compañía automotriz, Renault (que llegó a competir en la Fórmula 1, obteniendo el primer triunfo de la historia para un auto completamente francés manejado por un piloto francés, el recordado Jean-Pierre Jabouille, el 1 de julio de 1979, en el Gran Premio de Francia, en Dijon Prenois); y Patrick Modiano, el fantástico escritor, ganador del Premio Nobel de Literatura en 2014.

 

El Parc y el Chateau de Bagatelle, construidos hacia 1775 como resultado de una apuesta entre María Antonieta y el Conde de Artois, se encuentran en el corazón del Bois de Boulogne. Y, sin bien en 1905 la ciudad de París adquiere el parque de Bagatelle, el polo había aterrizado allí hacía ya muchos años, a través de la fundación de un club que con los años se iba a convertir en uno de los destinos de polo más lujosos y glamorosos del mundo: el Polo de París, que por si fuera poco, se encuentra situado a tan solo 10 minutos del centro de París, a orillas del Sena, ubicación que lo hace comparable con la del Campo Argentino de Polo, en Palermo.

 

Historia del Polo en Paris

El polo llegó a la Ciudad Luz en los últimos años del siglo XIX, exactamente en 1891, cuando se jugaron los primeros partidos, según registros oficiales. En abril de 1892, y al comando de un grupo de aficionados, encabezados por quien sería el fundador del Polo de París, Charles Vizconde de la Rochefoucald-Doudeaville y Duque de Estrées, se construyeron las primeras instalaciones. La ciudad de París les dio en alquiler un terreno, que por entonces servía de lugar de entrenamiento de oficiales franceses para concursos de hípica y salto ecuestre.

 

El club fue tomando forma. Se construyó una cancha y algunas casas de estilo normando, hasta que el Club de Polo de Paris, el Polo de París, se inauguró el 1 de agosto de 1892. Su fundador, el Vizconde de la Rouchefoucald-Doudeaville, fue su primer Presidente.

 

La primera temporada oficial comenzó el 15 de abril de 1893, con el Abierto de París, que tuvo gran recepción por parte del público, no solo por la atracción que tenía el polo entre la alta sociedad francesa, sino también por el gran ambiente que se generaba alrededor. Por otra parte, el polo francés estaba dando sus primeros pasos; eran años en los que Inglaterra era la potencia dominante. Pero París no iba a quedarse atrás, ofreciendo un destino incomparable.

 

En 1900, el Polo de París fue la sede de este deporte durante los Segundos Juegos Olímpicos de la Era Moderna, impulsados por el Barón Pierre de Coubertain, quien los reinstauró en 1896, en Atenas, Grecia, la cuna de los Juegos. Los Juegos coincidieron además con la Exposición Universal de París. Como parte de la gran muestra, se realizaron ocho torneos de polo, aunque solamente el Grand Prix Internationale de l’Exposition se consideró el evento olímpico oficial, en Bagatelle. En los Juegos de 1900 no participaron países sino clubes; la medalla de oro fue para Foxhunter, integrado por ingleses, irlandeses y norteamericanos.

 

El club fue creciendo con los años. incorporando miembros y otras actividades; entre ellas, equitación, esgrima, tiro, golf, atletismo, natación y artes marciales. Pero el polo, en el único club de la ciudad de París, sigue siendo su actividad fundamental. La temporada del Polo de París arranca en el mes de abril, con un receso hasta los meses de septiembre y octubre. Entre los certámenes de la primera parte del año, durante el mes de junio se realiza uno de los torneos más antiguos del mundo: el Open de Paris, que este año celebra su edición número 129, y que integra la Triple Corona de París, junto al Tournoi de Printemps y el Tournoi de la Ville de Paris.

 

En lo que se refiere a infraestructura, el club alberga unas 9 hectáreas, rodeadas de espléndidos jardines, además de servicios disponibles para jugadores y caballos, y excelentes canchas y caballerizas. El servicio se extiende a la equitación, con pistas, caballerizas, vestuarios, entre otros; y al golf, con cabinas, cinco canchas cerradas y diez al aire libre, vestuarios, etc. También hay instalaciones para karate y esgrima.

 

Y, por supuesto, como no podía ser de otra forma, el Polo de Paris tiene un “very British” clubhouse,  como ellos mismos lo denominan, y un espléndido restaurant, con refinados menús preparados por exclusivos chefs y para todos los gustos, y exclusivos tragos. El restaurant está también disponible para todos aquellos que deseen realizar eventos privados.

 

La historia y la tradición se unen a la sofisticación y el lujo de París en un club de polo único y exclusivo. En plena Ciudad Luz, hay un lugar ideal para disfrutar del deporte de los reyes.