En vísperas de una apasionante temporada de alto hándicap en Palm Beach, el portal “Wellington The Magazine BLOG” publicó un muy interesante artículo acerca de Mariano Aguerre:

 

Mariano Aguerre es uno de los mejores jugadores de su generación. El currículum de esta estrella argentina está cargado de varios logros impresionantes, como los títulos del US Open en 2005, con White Birch, y en 2014, con Alegría.

 

Además, Aguerre ha ganado nueve veces la USPA Gold Cup y 9 veces el Abierto Argentino. Sus primeros triunfos resonantes fueron en 1987, cuando ganó la USPA Gold Cup y el International Open con sólo 18 años de edad, jugando para White Birch en el Palm Beach Polo. Su estilo audaz ayudó a White Birch a quedarse con la World Cup en 1988, cuando además fue nombrado MVP con 4 goles de hándicap.

 

“Lo dije antes y lo vuelvo a decir: polo no es a lo que me dedico sino lo que soy”, dice Aguerre, quien todavía se mantiene en la lucha a poco de cumplir 50 años (será el próximo 25 de mayo).

 

Aguerre vuelve para jugar una nueva temporada de alto hándicap en Wellington, acompañando a Postage Stamp Farm en las 22 goles del International Polo Club Palm Beach. Y está entusiasmado con las chances del equipo.

 

“Tenemos una gran organización, y pienso que en cuanto a caballos estamos para dar pelea”, afirma Aguerre, quien llegó a los 10 goles en Estados Unidos en 1994 y en Argentina en 1998, además de haberse mantenido en las primeras planas del deporte por más de dos décadas. “Es una temporada realmente competitiva; pienso que la química será la clave para el éxito”.

 

Aguerre lleva más de 30 años jugando el alto hándicap en Wellington, habiendo comenzado con White Birch, de Peter Brant, cuando era un adolescente. Zurdo por naturaleza, debió adaptarse a jugar con la derecha porque el deporte así lo establece. Mariano Aguerre empezó a jugar junto a su padre, Martin, y también junto a su hermano mayor, Martin hijo. Mariano Aguerre empezó a crecer en su juego también gracias a otros maestros como Héctor Barrantes y Gonzalo Pieres.

 

“Mariano es todo un hombre de a caballo”, sostiene Peter Brant. Y completa: “Su pasión por los caballos va mucho más allá de jugar al polo. También estudia la cría, la hechura, el crecimiento y la doma de un caballo; y, al mismo tiempo, a lo largo de su carrera ha adquirido un ojo muy preciso para determinar el potencial de un caballo. Todo esto le brinda a él una gran ventaja. Ha pasado mucho tiempo estudiando cada aspecto del caballo de polo”.

 

Sumado a su habilidad dentro de la cancha, Aguerre se ha convertido en un criador muy respetado a través de Los Machitos, la organización que fundó junto al australiano Nick Manifold y a Naco Taverna.

 

Manifold conoció a Aguerre en Argentina en 1988, y se convirtieron en amigos cuando dos años después trabajó para White Birch. Comenzaron con Los Machitos en 1995. Con sede en Argentina, los caballos de Los Machitos han jugado alrededor del mundo, en los torneos más importantes.

 

“Soy muy afortunado de habérmelo cruzado; es un gran amigo y mi socio, y ayuda a crecer a quienes están a su alrededor”, cuenta Manifold, quien tiene 5 goles. Y prosigue: “Ser uno de los mejores jinetes, junto a lo que sabe del juego, lo han llevado a ser uno de los mejores jugadores. Mariano es reconocido por estar continuamente bien montado y siempre con buenas organizaciones apoyándolo”.

 

Mientras que los caballos son la clave del éxito para cualquier polista, el gran talento de Mariano Aguerre, sumado a su estilo aguerrido y suspicaz, lo han convertido en uno de los preferidos del público.

 

“Mariano es un jugador muy competitivo que sabe mantener la calma mientras se encuentra pensando la estrategia de su jugada siguiente. Una vez terminado el partido, Mariano es una persona que no tiene maldad en ninguna parte de su cuerpo. Es uno de mis mejores amigos”, comparte Brant.

 

Aguerre duda un poco antes de describir su estilo de juego, pero reconoce que le gusta la competencia: “Trato de acomodarme a las necesidades del equipo. Me adapto al equipo. Disfruto más de armar jugadas de gol que de hacerlos, por lo que podrías decir que soy más un armador”.

 

Y si bien Mariano Aguerre, quien comenzó a montar a los 3 años y a jugar torneos a los 6 en Buenos Aires, ha tenido momentos memorables en Estados Unidos compitiendo en Wellington en el invierno, y en Greenwich en el verano, rápidamente escoge su favorito: “Haber ganado el U.S. Open con White Birch por primera vez. Fue muy difícil para nosotros ganarlo, perdimos la final 4 veces. Como equipo, ese es el que más recuerdo. Y haber entrado al Polo Hall of Fame (2017) fue espectacular por todo lo que significa. Es un logro personal; fue un reconocimiento individual. Es un honor y estoy orgulloso de formar parte. Soy un afortunado”.

 

Fuera de la cancha, Aguerre suele estar sonriendo y de buen humor. Pero también puede ser muy serio. “Mariano es una persona muy amable e inteligente, que es fanático de todos los deportes y una de las personas más competitivas que conozco. Es fanático de Boca Juniors, le gusta el arte y es un apasionado por la pesca con mosca”, cuenta Manifold.

 

A Aguerre también le gusta el golf, y ha pasado muchos lunes en distintas canchas a lo largo de su carrera. Casado, padre de 4 hijos, no tiene ya tanto tiempo para el golf. Está casado con Tatiana Pieres, hija de Gonzalo Pieres, con quien tienen 3 hijas mujeres (Sofía, Lola y Carmen) y un hijo varón (Antonio).

 

“Tener hijos es algo totalmente distinto; cambia todo, obviamente. Es algo que va más allá del polo: el estilo de vida, la manera de mirar las cosas. No cambia mi manera de jugar, cómo me preparo para los partidos. Pero, afuera de la cancha, es todo completamente distinto cuando tenés hijos”, manifiesta Aguerre.

 

Al igual que casi todos los jugadores, Aguerre pasa casi todo el día con los caballos, ya sea en las caballerizas, tackeando, jugando una práctica, un torneo, o simplemente montando. Preparar todo es la parte que el público no ve. Ellos miran el partido, el entusiasmo, la majestuosidad. Aguerre sigue dedicándole el tiempo necesario para poder mantenerse en competencia.

 

“Mariano es, antes que nada, un hombre de familia”, cuenta Brant. Y concluye: “Junto a su querida mujer Tatiana, han construído una gran familia, una familia de la que todo el mundo del polo debería estar orgulloso”.