DEL STAFF DE POLOLINE

 

Cuando parecía que la tormenta había pasado, volvió. Y no sólo en forma de posibilidad, sino en forma de certeza. En detrimento del slogan de “mejor polo del mundo”, se resolvió que nuevamente la Subsidiaria del Abierto de Tortugas, la denominada Copa Sarmiento, se juegue con hándicap. Un desprestigio total contra los estándares y el prestigio del polo de mayor hándicap en el mundo. Y los argumentos sobran.

 

Por empezar, todos vamos a coincidir en que todo aquel que decide jugar la Triple Corona, ya sea como jugador o como equipo, lo está haciendo por voluntad propia, por lo que ya desde el vamos sabe a lo que se atiene, a quiénes va a enfrentar, qué caballos, cuántos chukkers, qué organizaciones, su poderío, entre otras cuestiones. Por lo tanto, es cuestión de mirar el nivel en sí para determinar el desafío que uno está a punto de afrontar, como en cualquier ámbito de la vida. Uno tiene que estar preparado al momento de afrontar un escenario de tal magnitud -insisto, sea en el ámbito de la vida al que uno lo quiera trasladar-, sabiendo que las exigencias van a ser las mayores, y que los resultados van a ir de la mano de dicho objeto.

 

Luego de lo visto en los 3 encuentros disputados en la Copa Sarmiento con hándicap, definitivamente se niveló para abajo; por lo cual, el slogan de “mejor polo mundo” pierde todo tipo de validez. Independientemente del orden de los argumentos y su importancia, si se juega con hándicap, las valorizaciones de los protagonistas pasarían a tener una preponderancia, hasta aquí menor en comparación con otros países. Por ejemplo, ¿de qué manera repercuten los hándicaps tras lo ocurrido en el partido en el que La Ensenada La Aguada “venció” a La Natividad Monjitas por 15.5 a 12? Es algo que puede llevar, entre otras cosas, a que el conjunto de mayor hándicap guarde jugadores para igualar en hándicap a su rival; inadmisible para este nivel de polo. ¿O acaso no existe ya un muy prestigioso certamen, como es la Copa República Argentina, en el que se juega con hándicap y sin límite de valorización para los equipos participantes?

 

Tomemos, por ejemplo, lo ocurrido en 2019 con el conjunto de La Natividad, que ingresó al cuadro principal de Palermo con 28 goles, y perdió por 7 ante Ellerstina (39 goles) y por 2 ante Las Monjitas (38 goles). En caso de jugar con hándicap, hubieran sido finalistas por amplia diferencia, y quién sabe qué hubiera ocurrido al comenzar con 12 goles de ventaja ante La Dolfina. Jugar con hándicap es, en definitiva, un ataque directo a aquellos que invierten hasta lo que no tienen para seguir mejorando y acercarse en cuanto a estructura a los de mayor envergadura. Y a la evolución del juego también. 

 

Sin poner ejemplos ni nombres, la mayoría destina cada peso ganado a montarse cada vez mejor, dejando de lado la posibilidad de adquirir una mejor vivienda o utilizar ese dinero para su ocio personal. Naturalmente, cada persona debe tener la libertad de utilizar sus recursos de la manera que lo desee -siempre y cuando no afecte a otra persona, claro-. Pero, si no se cuida a aquellos que invierten para mejorar y estar a la altura, ¿cómo se va a evitar que el nivel comience a decrecer? Es por esto, además, que un deporte como el polo, cuya estructura principal es el hándicap de cada torneo, permite que los distintos niveles estén en sintonía. Ahora, la Triple Corona, el “mejor polo del mundo”, es sólo para quienes pueden acceder a medirse contra los mejores. ¿O acaso no hay ya suficientes torneos alrededor del mundo que se jueguen con hándicap?

 

Sin querer ser obsecuentes con unos ni perjudiciales con otros, el polo argentino cuenta con un sinfín de grandes torneos además de la Triple Corona, por lo que competencia justamente es algo que no falta. ¿De qué le sirve al Abierto Argentino contar con 10 equipos, si la diferencia va a ser abismal entre algunos equipos, y eso puede llevar a que se juegue con hándicap? Porque, cabe decirlo, que hoy se esté jugando la Copa Sarmiento con hándicap es el paso previo a que luego se avance con la misma modalidad hacia el cuadro principal de los 3 grandes Abiertos; o, que en un futuro, se juegue a 6 chukkers, por decir un número, porque así se determinó que era la cantidad ideal de períodos de juego. 

 

¿Qué ocurriría acaso si el conjunto de menor hándicap, que recibió una determinada cantidad de goles por la diferencia en las valorizaciones, vence al de mayor hándicap, como ocurrió en la final de la Copa Sarmiento? ¿Cómo repercute eso en los hándicaps? ¿Pondría en igualdad de condiciones a un jugador que tiene, por ejemplo, 9 goles, y posee una estructura muy desarrollada, con aquel que tiene 7 o 6 y posee una estructura menor? Reducir todo a que aporta al espectáculo por el resultado final, es estar mirando sólo una parte de la película. Insistimos, hay una gran cantidad de torneos de mucho nivel de polo -tanto en hándicaps como en cuanto al espectáculo en sí- que aglomera distintas categorías de jugadores. Siempre en el polo va a haber lugar para todos los jugadores, independientemente de su hándicap. 

 

¿De qué sirve entonces poner un límite mínimo de hándicap para que un jugador esté en posición de jugar la Triple Corona, si después se puede jugar con hándicap? ¿Por qué poner el límite mínimo de un equipo en 28 goles si uno de 24 también podría jugar con hándicap a favor para igualarse con el de mayor valorización? Es, al menos, contradictorio. Y es en detrimento del espectáculo. O, acaso, ¿qué puede privar a las grandes organizaciones de cuidar a sus mejores exponentes -caballos y jugadores- si se va a jugar con hándicap, y entonces poniendo un reemplazante de menor valorización ayudaría a acercarse en el resultado inicial del encuentro? 

 

Cuando uno accede a jugar la Triple Corona, lo hace por voluntad propia, sabiendo el escenario al que se enfrenta, y el nivel de los equipos con los que se medirá. Jugar en el máximo nivel de polo a escala mundial con hándicap genera una muy falsa sensación de paridad e igualdad. Hay que cuidar a todos los que siguen invirtiendo en este deporte, sea del nivel que sean. En 2019, cuando avanzaba con fuerza la posibilidad de una Triple Corona con hándicap, finalmente el tema terminó saliendo de la agenda. Que vuelva a ingresar, afectaría en demasía al mejor polo del mundo.