By Alejandra Ocampo
Hay muy poco que queda por decir de Adolfo Cambiaso; de su extraordinaria carrera, de la marca que dejó en el polo, de su legado, de lo que significa como deportista a nivel global y como uno de los mejores embajadores de la Argentina. Pero aún así, faltaba algo – un documental, que reflejara y fortaleciera aún más esa imagen gigantesca de alguien que es mucho más que un jugador de polo.
Dirigida por el prestigioso director cinematográfico argentino y ganador del Oscar, Juan José Campanella, “Adolfo Cambiaso, En El Nombre Del Polo” se ha convertido en un fenómeno a nivel mundial. Una serie de tres episodios que navega por la vida y la carrera del mejor jugador de polo de la historia, este hombre simple y sencillo de Cañuelas, al que no le ha quedado nada por ganar, que ha batido record tras record; el hombre que hoy, a sus 50 años y ya convertido en una leyenda viviente, el hombre que revolucionó el polo como jugador y como criador de caballos, aún sigue deslumbrando en las canchas con sus hijos Poroto y Mia, llegando a ganar con el primero nada menos que el Abierto Argentino de Polo, el certamen más importante del mundo.
Nacho Figueras fue convocado para ser parte de este proyecto, lo que él considera “un honor poder aportar mi granito de arena”. PoloLine fue en búsqueda de Nacho, para conversar sobre la serie, acerca de la cual dejó sus reflexiones.
¿Qué podés contar de la serie de Adolfo Cambiaso, “En el Nombre del Polo”?
Es una serie muy bien lograda. Tiene un nivel de producción altísimo, y eso ya marca una diferencia. Pero lo más importante es que cuenta con profundidad una historia que vale la pena ser contada. Adolfo no es solo el mejor jugador de polo de todos los tiempos, sino alguien que cambió el deporte. Esta serie muestra ese recorrido, desde sus inicios en Cañuelas hasta convertirse en una leyenda global. Y lo hace con emoción, con tensión y con una mirada muy humana. Me gusta también mucho la parte del Lolo, siempre autentico.
En tu opinión, y siendo que el polo no es un deporte de los denominados “populares”, ¿pensás que esta visión que se ofrece de la vida y la carrera de Adolfo Cambiaso puede hacer que más gente se acerque al polo?
Sí, absolutamente. Este tipo de contenido es lo que el polo necesita para conectar con nuevas audiencias. La historia de Cambiaso tiene todos los ingredientes que atrapan: talento, sacrificio, rivalidades, familia, legado. Es una historia real y poderosa, contada de manera cinematográfica. No hace falta entender las reglas del polo para emocionarse con lo que se ve. Creo que muchos van a descubrir el deporte gracias a esta serie, y eso es algo muy positivo.
¿Qué significó para vos ser convocado para ser parte de este documental?
La verdad fue un honor poder aportar mi granito de arena. No tuve una participación muy extensa ni hablé tanto sobre Adolfo en sí, sino más sobre el contexto del polo, cómo funciona este mundo. Me pareció valioso que el documental no se quedara solo en la figura de Cambiaso, sino que también mostrara el sistema y lo que rodea al polo.
Para vos, ¿qué es lo que mejor enfoca a Cambiaso, tanto como polista como en el ser humano?
Lo que mejor lo define es su obsesión por superarse y su capacidad de evolucionar. Como jugador cambió la forma de jugar al polo. Como criador, revolucionó la genética y la manera de preparar caballos. Y como persona, hoy se lo ve priorizando a su familia y construyendo un legado junto a Poroto. Su capacidad de reinventarse es única.
¿Cuál es la parte que más te enganchó de la serie, la que volverías a ver una y otra vez?
Hay muchas, pero si tengo que elegir una, me quedo con todo lo que muestra la relación entre Adolfo y Poroto. Esa transmisión generacional, ese deseo de ganar Palermo juntos, la mezcla entre lo deportivo y lo afectivo. Porque más allá del alto nivel de competencia, esto es también una historia de padre e hijo, de legado y de amor por el polo.
También me pareció muy valioso cómo se refleja su relación con sus hijas y el apoyo al polo femenino, algo que en su caso no es solo simbólico, sino real y comprometido. Y el rol que tiene María (NR: María Vázquez, esposa de Adolfo Cambiaso), que es una figura central en la familia, acompañando y sosteniendo desde un lugar muy importante, aunque muchas veces silencioso. Las mujeres son muy importantes en la vida de un polista.
Luego de esta serie sin precedentes, ¿qué significa Adolfo Cambiaso ayer, hoy y en el futuro del deporte en general más allá del polo?
Ayer fue un revolucionario. Hoy es un símbolo. Y en el futuro creo que va a ser un puente. Entre generaciones, entre el polo tradicional y el que viene, entre el mundo del deporte y nuevas audiencias. Lo que hizo y sigue haciendo trasciende al polo. Y esta serie lo deja muy claro.
Y lo más emocionante es que esto no es un cierre, sino el comienzo de una nueva etapa. Hay ideas en marcha que pueden sorprender a muchos, y tener a Adolfo soñando en voz alta otra vez es una señal de que lo mejor todavía está por venir.